Cañizares se ha casado con Lorenza, una muchacha de quince años con el fin disfrutar de su compañía y tener quien le cuide en los últimos años de su vida. Pero nada más casar se ve asaltado por unos terribles los celos y agudos temores porque recela de que Lorenza, a quien cree aún en plena inocencia de niña, pueda un día darse cuenta de lo que realmente le falta para gozar del matrimonio y que él ya no puede darle. Así Cañizares mantiene a Lorenza encerrada en casa con siete llaves, servida y vigilada exclusivamente por Cristina, una sobrina lejana traída al efecto, sin que nadie, ni vecinas ni amigos ni persona alguna, pueda atravesar los quicios de su hogar donde mantiene a su esposa férreamente enclaustrada. Pero las mañas de la alcahueta Hortigosa, en connivencia con la sobrina, hacen que el inexpugnable encierro sea vano y que los deseos de Lorenza se despierten y afloren de forma incontenida