En la fiesta del setenta cumpleaños del Padre se reúne toda la familia por un doble motivo: por un lado, el aniversario del patriarca; y por otra parte, las buenas noticias sobre su salud. Él es un alto cargo político y empresario sin escrúpulos, un hombre que ha amasado a lo largo de su vida una fortuna de la que ahora sus nueras esperan beneficiarse.
Brick, ex-deportista y comentarista televisivo, es el hijo preferido pero está sumido en una depresión que afecta a su vida íntima y a su propia salud.
Cooper, el otro hijo, abogado de éxito, espera pacientemente las resoluciones de su padre y de su esposa Mae.
Mientras tanto, la Madre sufre los desprecios de su marido y el desaliento de ver cómo su hijo Brick se hunde dentro de una botella de whisky.
Una compleja enredadera de sentimientos encontrados se dan cita en la habitación de Brick y Maggie, donde todavía es muy difícil hablar con normalidad de las relaciones humanas. Una familia presa del pasado, llena de rencor y de ambiciones que alimentan el odio, se desintegra entre acusaciones mutuas de lujuria, codicia y envidia.